Gripe

Llegó este domingo pasado. Hacía algunos años que no me daba gripe. Comprobé que tenía casi olvidada esta mezcla de distorsiones… las voces lejanas, la respiración difícil, el frío y el calor repentinos, lo difícil que desde niño me resulta tragar pastillas, etcétera. Por ese muy reprobable vicio de buscar relaciones causa-efecto en casi todo atribuí la gripe al polvo en el libro que leí este fin de semana. Por cierto, libro obsequiado por mi tía, muy bueno, sobre la locura y el narcisismo de un psiquiatra que la justicia venezolana condenó por asesinato de una paciente. Lo más relevante del libro no es su historia policial ni los personajes ni los diagnósticos de los psiquiatras sobre su colega. No. Lo más relevante es cómo ese crimen demuestra la idiotez, la superficialidad, la corrupción de buena parte de la sociedad venezolana. No es algo de ahora, viene de mucho tiempo atrás.

En fin. Cero libros por ahora. Y música y cine tampoco (con ojos y oídos así, imposible). Lo bueno de todo esto son los recuerdos de la infancia, y la adquisición de nuevas defensas seguramente útiles para el futuro.

P.D. Ah, otra cosa buena: el fútbol. Más fútbol 😀

La Sabiduría y Yo

En el silencio de la noche, la Sabiduría entró en mi cuarto y se colocó de pie junto a mi lecho. Me contempló con la expresión tierna de una madre cariñosa, secó mis lágrimas y me dijo:

He oído los gemidos de tu alma y he venido a mitigar tus penas. Déjame entrar en tu corazón, que yo lo colmaré de luz. Pregúntame, que yo te enseñaré el camino de la Verdad.

Obedecí sus palabras y le pregunté: —¿Quién soy yo, Sabiduría, y cómo he llegado a esta cámara de horrores? ¿Qué son estas desbordadas esperanzas, estas montañas de libros y estas grotescas figuras? ¿Qué son estos pensamientos que vienen y se van como bandadas de palomas? ¿Qué son estas palabras que repetimos con deseo y escribimos con alegría? ¿Qué son estas tristes y alegres conclusiones que embarazan mi alma y envuelven mi corazón? ¿A quién pertenecen estos ojos que me miran hasta los recovecos más profundos de mi alma y que, sin embargo, no se preocupan de mi dolor? ¿Qué son estas voces que lamentan el vacío transcurrir de mis días y cantan las alabanzas de mi infancia? ¿Quién es este joven que juega con mis anhelos y se mofa de mis sentimientos, olvidándose de mis acciones pasadas, conformándose solamente con las pequeñeces de hoy y preparándose para el lento devenir del mañana?

¿Qué es este espantoso mundo horrible y a qué regiones ignoradas me conduce?

¿Qué es esta tierra que abre con avidez sus fauces para devorar nuestros cuerpos mientras ofrece un refugio eterno a la avaricia? ¿Quién es este hombre que se regocija con los favores de la Fortuna y suspira por un beso de los labios de la Vida, mientras que la Muerte le mira amenazadora? ¿Quién es este hombre que compra un instante de placer con un año de contrición y se entrega al sueño cuando le acechan las pesadillas? ¿Quién es este hombre que nada en las aguas de la Ignorancia hacia el golfo de la Oscuridad?

Contéstame, Sabiduría… ¿qué son todas estas cosas?

Y la Sabiduría abrió los labios y dijo:

—Tú, Hombre, puedes ver el mundo con los ojos de Dios y conocer los arcanos del más allá con la ayuda del pensamiento humano. Éste es el fruto de la ignorancia.

Ve a los campos y observa cómo las abejas vuelan en busca de las flores hermosas, y cómo el águila se precipita sobre su presa. Pasa a la casa de tu vecino y contempla al niño embelesado por las llamas del hogar, en tanto que la madre se afana en sus tareas cotidianas. Imita a la abeja y no derroches los días de tu primavera mirando lo que hace el águila. Sé igual que el niño a quien fascina el fuego del hogar, mientras la madre se afana en sus quehaceres. Todo esto que ves fue y continúa siendo tuyo.

Los numerosos libros, figuras grotescas y hermosos pensamientos que te rodean son fantasmas de espíritus anteriores a ti. Las palabras que pronuncian tus labios son los eslabones de la cadena que te liga a tus semejantes. Las tristes y alegres conclusiones son la simiente del pasado sembrada en los surcos de tu alma y que será cosechada en un futuro.

El joven que juguetea con tus deseos es aquel que abrirá las puertas de tu corazón para que entre la luz. La Tierra que abre sus ávidas fauces para devorar al hombre, y junto con él a sus obras, es la salvadora de nuestras almas, que las hará libres de la servidumbre de nuestros cuerpos.

El mundo que se mueve contigo es tu mismo corazón, que es el propio mundo. Y el hombre a quien consideras tan débil e ignorante, es el enviado de Dios que ha venido a aprender la alegría de la vida por medio del dolor y la ignorancia.

Esto dijo la Sabiduría y, posando su mano en mi frente abrasada, me dijo:

—Avanza. No te detengas. Avanzar es andar hacia la perfección. Sigue adelante, sin miedo a las espinas ni a las piedras afiladas del sendero de la Vida.

En “La Voz del Maestro” de Gibrán Jalil Gibrán (la traducción es de Ricardo Etchegoyen).

12/01/2012

Curiosamente, la secuencia “12/01/2012” usa sólo dígitos del conjunto {0, 1, 2}. Resulta obvia la imposibilidad de formar fechas de 2012, en formato DD/MM/AAAA, usando un conjunto de dígitos con menos de 3 elementos. Además, {0, 1, 2} es el único conjunto de tres elementos que puede usarse para formar fechas de este año.

La pregunta es: en 2012, ¿cuántas fechas en formato DD/MM/AAAA pueden formarse sólo con dígitos de {0, 1, 2}?

Interpretación de la Escritura según Wittgenstein

Kierkegaard escribe: Si el cristianismo fuera tan fácil y tan cómodo, ¿para qué habría puesto Dios al cielo y a la tierra en movimiento en su Escritura, y amenazado con castigos eternos? Pregunta: ¿por qué es entonces esta Escritura tan poco clara? Cuando queremos advertir a alguien de un peligro terrible, ¿lo hacemos dándole a descifrar un enigma, cuya solución es quizá la advertencia? Pero ¿quién dice que la Escritura es en realidad poco clara? ¿No podría ser que fuera aquí esencial que se diera un enigma? ¿Que una advertencia más directa hubiera tenido el efecto erróneo? Dios permite que cuatro hombres relaten la vida del hombre-Dios, cada uno de modo distinto y contradiciéndose; pero ¿no puede decirse: es importante que este relato no tenga una verosimilitud histórica común, para que ésta no sea tomada por lo esencial, lo decisivo? Para que la letra no encuentre más fe de la que se le debe y el espíritu conserve su derecho. Esto quiere decir: lo que debes ver no puede proporcionarlo el historiador mejor y más preciso; por ello, basta y hasta es preferible una exposición mediocre. Pues lo que debe comunicársete, también puede comunicarlo ésta. (De la misma manera que un decorado teatral mediocre puede ser mejor que uno refinado, o árboles pintados mejor que los auténticos, que distraen la atención de lo que verdaderamente importa).

Lo esencial, lo esencial para tu vida, yace en el espíritu de estas palabras. Sólo debes ver claramente lo que esta exposición muestra claramente. (No sé con certeza en qué medida se encuentra precisamente todo esto en el espíritu de Kierkegaard).

Entrada 166 en “Aforismos: Cultura y Valor” de Ludwig Wittgenstein.

Diego Karate Kid

Ayer el veterinario tuvo que examinar a Diego, el Rottweiler. Amaneció tumbado, con dolor y desgano para todo incluyendo la comida (cosa muy rara y signo inequívoco de enfermedad). Pata delantera izquierda. Temía lo peor: una fractura o alguna enfermedad extraña. Cambiar de posición le resultaba un suplicio, se retorcía del dolor, y en una de ésas, tratando de ayudarlo, me mordió. Por fin pudo atenderlo el veterinario: determinó para alivio de todos que no era fractura, y le indicó unos relajantes musculares. A las pocas horas Diego estaba mucho mejor, al punto que nos seguía por la casa y correteaba con (entiéndase mejor: saltaba sobre) los otros perros.

Acabo de verlo esta mañana. Aún cojea notablemente, pero por lo menos no está tumbado ni gime de dolor. Parece Karate Kid en la confrontación final, incapaz de encontrar apoyo en una de sus extremidades, pero preparando la patada victoriosa. Espero que en los próximos días esté plenamente recuperado.

Cataratas

En el consultorio, Borges refiere que tiene seis generaciones de cataratas. Su madre me cuenta que el padre de Borges tenía los ojos oscuros; que cuando Borges nació -ochomesino-, el padre ansiosamente le miró los ojos; al ver que eran claros, exclamó: «Está salvado. Tiene ojos claros. Heredó tus ojos». Heredó la claridad de los ojos de la madre y la enfermedad de los ojos del padre. Aprendió a leer en inglés. Un día, teniendo ocho años, la madre le preguntó qué decían las letras de una etiqueta de un frasco de dulce Cross & Blackwell; la etiqueta era blanca; las letras, doradas. Borges contestó: «No dice nada. Es un papel blanco». La madre, aterrada, lo llevó a ver a un tal Molard, que era el gran oculista de aquellos años. Molard dijo: «Este niño tiene cataratas incipientes».

Fragmento de la entrada correspondiente al viernes 24 de diciembre de 1954 en el libro “Borges” de Adolfo Bioy Casares.

El Candor del Padre Brown

Hemos recibido una grandísima alegría: ha comenzado la serie de entradas sobre el Padre Brown en el Blog de la Sociedad Chestertoniana de España, uno de mis blogs favoritos. Agradecemos a Fran por su trabajo comentando El Candor del Padre Brown, especialmente si consideramos que las entradas sobre el Padre Brown las hemos esperado con ansias durante el 2011. En la entrada, cuya lectura obviamente recomiendo, se presenta información muy interesante sobre el cuento La Cruz Azul, del cual ya ofrecimos algunos detalles antes (Leído en La Cruz Azul y Más sobre el párrafo de La Cruz Azul). Destaco la mención de una posible alegoría en el final del cuento, alegoría que para mí había pasado totalmente desapercibida. Excelente presentación, esperamos más material y comentarios sobre el Padre Brown en futuras entradas.

Indeleble

La primera recomendación del año: Indeleble, colección de historias nacidas de la mente brillante, efervescente y salvadoreña de Ligia María Orellana. Piense y diviértase (orden intencional) durante un rato, adquiera indelebles conexiones sinápticas, vaya y confirme la grandeza de este libro aquí mismo: Indeleble. Hágame caso, es una lectura que agradecerá. Indeleble proyecta con excelencia el estilo tan peculiar de Ligia, algo así como un rock en texto, con acordes satíricos, irónicos, impregnados de humor… y sin embargo, en el fondo, descubrirá el lector atento la persistencia de una mirada tierna examinando el alma sensible, lo humano. Ligia es inteligencia pura, una autora excelente (ya celebramos antes el relato Manifesto Tercermundista de su libro Combustiones Espontáneas).

Me reí muchísimo con el Tripin versión selecta, especialmente con el pase Matrix en la página 14. Además, el cuento “Harvey P. va por Aminah hasta África” pasa a mi lista de favoritos; el cuento contiene varias ideas que espero comentar en un futuro próximo. Libro recomendadísimo.