The Paradise of Thieves

The title comes from Chesterton’s short story. The ending, too:

“Birmingham,” answered the actor, puffing a cigarette. “Didn’t I tell you I was a Futurist? I really do believe in those things if I believe in anything. Change, bustle and new things every morning. I am going to Manchester, Liverpool, Leeds, Hull, Huddersfield, Glasgow, Chicago–in short, to enlightened, energetic, civilized society!”
“In short,” said Muscari, “to the real Paradise of Thieves.”

Needless to say, thieves swarm around energy and wealth, petroleum and water. Maybe I’m evoking old accounts from the above referred enlightened, energetic, civilized society. Or perhaps, more likely, I’m just thinking of Internet, another nice playground for thieves.

La Couturière

La Couturière

Ceci est un post que je voulais écrire il y a quelques semaines mais comme je l’ai déjà dit dans un précédent article, j’étais occupé. Je avais auparavant écrit sur mon fixation de trouver le contexte auquel il appartenait cette image d’une femme à coudre. Plus spécifiquement, je me demandais si elle appartenait à un contexte littéraire, ou était une représentation d’un événement historique. Ensuite, je tiens à remercier la dame de Les Zinzins des Cartes d’avoir eu la gentillesse de m’accorder un explication: c’est tout simplement une carte mémoire du jour de Sainte Anne, qui est célébrée le 26 Juillet. Anne, comme Thérèse et la Vierge Marie, est célébré en France et partout dans le monde catholique, et la carte postale est un type de cartes postales vintage publié à l’occasion de cette journée. Alors, simple et résolu.

Postales en Sepia: V (Final)

Por fin. Llegó. Dulce, como la miel, como tu fruta. Algunos de tus regalos se extraviaron en el vértigo de la vida; otros están desgastados por el uso que les he dado; otros están por ahí, donde los dejaste. Por fin, llegó. El olvido. Tu “nombre” persiste, es cierto, pero tu nombre finalmente se ha marchado. Y con tu nombre, ha partido también la inspiración sepia. Por fin llegó, por fin se fue. Adiós.

Postal anterior

Postales en Sepia: IV

A veces los “¿Y si…?” me atacan sin clemencia. Quizás “si…” no te habría perdido, y no me habrías perdido. Una decisión equivocada, una emoción que no pudo reprimirse, una palabra inoportuna, una mirada indiscreta, una ausencia. ¿Y si aquella noche yo…?. ¿Y si hubiese renunciado a mi orgullo para decir que te extrañaba?. ¿Y si tú no hubieses…?. ¿Y si aún…?

Postal anterior

Postales en Sepia: III

Hoy, cuando te vi y fingiste no verme, supe que habías aprendido a odiarme. No fue de olvido o indiferencia de lo que habló tu cuello. Sólo los ojos que odian piensan en la excusa de la nada y del todo suspendido entre los transeúntes sobre la acera. Está bien. Así puedes recordarme sin que te duela tanto. Pero no olvides que el odio es el bálsamo de los perdedores, y no se corresponde con la luz y la alegría de tu imagen en mi memoria.

Postal anterior

Postales en Sepia: II

No la amo, es sólo que me gusta escucharla todas las horas que ella quiera. Tampoco es que me parezca linda, pero me siento cómodo en su cintura. Es decir, el problema es mío, y por suerte, ella no se entera. Me duele la garganta si no quiebro el silencio con su nombre. Ya no siento la piel si no es con sus besos clandestinos y apresurados (a veces, torpes). Pero no se lo cuentes, porque entonces ya no podré hacer que se sienta vacía cuando le digo: “Es sólo un juego”.

Postal anterior

Postales en Sepia: I

Ayer la vi. Aunque estaba de espaldas, supe que era ella. La reconocí por la lista de nombres mal escritos y mal borrados de su corazón, por las muchas historias inconclusas en las que se había inscrito, y por el tatuaje que alguna vez me prometió no hacerse.

Quise llamarla, sustraerla por unos minutos del murmullo de los peatones, para decirle que a veces soñaba con ella. Pero ya no la recordaba.