Bochinche y más bochinche

Bochinche, bochinche, esta gente no sabe hacer sino bochinche.

Francisco de Miranda, la última madrugada de julio de 1812.


Nota: Esa madrugada, Carlos Soublette, edecán de Miranda, despierta al Generalísimo y le informa que un grupo de sus oficiales, entre los cuales estaban Simón Bolívar, Miguel Peña y Manuel María Casas, se habían presentado a esas horas. Dese preso, General -dice Bolívar. Entonces Miranda respondió con lo del bochinche. Frase perfecta y clarividente, resume buena parte de lo que ha sido la historia política venezolana posterior a esa madrugada.

Catedrales y Fortalezas

La felicidad de Javi Martínez y la angustia catalana

Mucha agua había caído del cielo, mucha agua había pasado bajo los puentes. Y como a veces siempre hay una primera vez, Messi finalmente ha logrado su estreno goleador en San Mamés (también su primer gol como visitante esta temporada). Agradecemos a todos los jugadores por la intensidad y entrega que hicieron de este encuentro un desafío memorable, y una confirmación enésima de lo grande que es el Bilbao, y lo difícil que resulta este equipo para el Barça. Esta clase de partidos engrandecen al fútbol. Creo que ha sido el Athletic el primer equipo que esta temporada ha desafiado al Barça, sin temores ni repliegues, durante todos los 90 minutos y pico.

Agregaré que Cesc jugó un partidazo, y que me ha resultado un poco raro lo de Adriano jugando de extremo con Villa y Alexis en el banco. Pero en fin… razones claras habrá detrás de todas las decisiones involucradas. Por otro lado, la lluvia desbordó literalmente al drenaje de La Catedral, restando un poco de calidad técnica al encuentro. Sin embargo, esto fue compensado por los inflexibles deseos de ganar que mostraron ambos equipos. Este Athletic, antes con Caparrós, y ahora con Bielsa, es una fortaleza. Un grandísimo oponente. Así se disfruta más el juego, cuando los rivales son grandes de verdad.

I used to know that

Clouds & Calvin's Dad

Just for the record: Light in its natural state is white light, i.e., it comprises the seven wavelengths of the visible spectrum as it moves from infrared to ultraviolet (such wavelengths correspond to colors red, orange, yellow, green, blue, indigo, and violet.) The sky and the clouds act as filters for white light. Regarding the clouds, its water droplets or ice crystals scatter the light uniformly, meaning that light is not separated, remaining white. I used to know that. By the way, a qualifying exam to be a dad would likely amount to human extinction.

Juan era izquierdista

Yo era un nuevo. Apenas mi primer semestre en la facultad. Coincidí con Juan en dos o tres de los primeros cursos. De verbo fácil, Juan era, de acuerdo con su propia presentación, izquierdista. Le gustaba la política, y aunque aún estudiaba materias del primer semestre, no era un nuevo: llevaba un buen tiempo como repitiente. Habitual de la plaza principal del campus, Juan estaba permanentemente rodeado de los típicos guitarristas aspirantes a trovadores, los neo-hippies con rastas, los del club de periodismo social, y por supuesto, los jerarcas de la federación de centros universitarios (he visto con los años que este microcosmos está presente en casi todas las universidades, renovándose cada semestre). Todos se presentaban como izquierdistas, sacaban en la guitarra canciones de protesta, y escribían sobre el padecimiento de las clases oprimidas y abandonadas por la derecha y el capitalismo y etcétera. Ninguno, de los que yo pude conocer, era buen estudiante. Juan, particularmente, no era ni siquiera amigo de la lectura. Hablaba de Lenin y de Mao, y sin embargo, no le importó comentarme una mañana que jamás había leído un libro de o sobre alguno de tales personajes. Me dijo que intentó leer las Cuatro Tesis Filosóficas, pero no pudo pasar de las primeras páginas: le pareció un conocimiento demasiado profundo y él sentía que aún no estaba socialmente preparado para asimilar tanto conocimiento.

Después yo continué por esos mares extravagantes de la educación universitaria, y él visualizaba todo desde su plaza amada. De cuando en cuando nos encontrábamos en los pasillos, sin que Juan, después del saludo, dejara de invitarnos a visitar la federación de centros, que siempre estaba “abierta a todos los estudiantes”. Entre mi segundo y tercer año en la facultad, dejamos de ver a Juan. Algunos decían que se había dedicado a la política de verdad, que pertenecía a algún partido, y que asistía a la universidad muy eventualmente.

Años, muchos años después, comenzando yo a olvidarme de los pasillos de la facultad, me encontré con Juan en un supermercado: él atendía una de las cajas. Se veía cansado, mucho más viejo de lo que realmente era. Nos reconocimos, nos saludamos, y sin dejar de atender su trabajo contó que había conocido a una muchacha en el microcosmos de la plaza universitaria, que se había casado, que tenía un hijo, que no había podido seguir estudiando porque hombre casado no puede luchar por la justicia. Que sí ingresó a un partido político. Pero como no era “uno de los grandes” del partido, no podía formar parte de los buenos negocios. Y con mujer e hijo, él necesitaba dinero. La ideología muy linda, pero ninguna, ni izquierda ni derecha, te da de comer… “a menos que tengas suerte y sepas moverte”. Así que por el momento tenía ese trabajo de cajero, pero seguía buscando algo mejor.

Aunque no se lo pregunté, sospecho que Juan habría dicho que, aún inmerso en aquel ambiente ultra-capitalista del supermercado moderno, continuaba siendo un hombre de izquierda. Sospecho también que aún no se había dedicado a las Cuatro Tesis Filosóficas.

La orilla lejana

Celebramos el anuncio de ETA, imperfecto pero esencialmente esperanzador para todos. Lo celebraremos aún más el día que entreguen las armas y los explosivos. Hay un dolor que siempre sentirán los familiares de las víctimas, el País Vasco, España, Francia… por eso tendremos la celebración máxima el día en que éste y todos los grupos terroristas desaparezcan y sean sólo una cicatriz, el recuerdo de alguna pretérita locura y estupidez.

No hay que olvidar que ETA nace en una Francia y España muy violentas, ejemplo enésimo de que la violencia sólo genera más violencia. La violencia es una espiral que termina devorando su propia génesis, hasta sumir en caos total todo lo que alcanza, destruyendo por igual a ejecutores y ejecutados. El final de los Hussein, Bin Laden, Gadafi, etcétera, es otra confirmación del juego macabro y absurdo de la violencia.  El que siembra vientos cosecha tempestades. Por cierto, la cobertura mediática de estos hechos nos revela la barbarie que aún rige a la humanidad, la afición aparentemente irremediable por el morbo.

Tal parece que “el terrorismo” y “la lucha contra el terrorismo” son primos, hermanos o casi lo mismo; la serpiente que se muerde la cola. Afganistán, Irak, Libia, ¿Irán?, ¿Siria?, …  Estados ultra-capitalistas y ultra-derechistas justifican y promueven esta “violencia temporal”, esta agresión a otros estados, como un acto necesario para restaurar o extender la democracia. Qué irónico resulta recordar que fue precisamente Lenin uno de los promotores de esta idea de la “violencia temporal” para establecer el orden. Son más las similitudes que las diferencias entre los de la orilla izquierda y los de la orilla derecha: todos quieren ir a la misma fiesta, la diferencia es el disfraz que se ponen.

Algo sobre esta “expansión de la democracia” (la llamo así para seguir el juego): en el mundo actual ya es completamente imposible vivir aislado. Vivimos bajo una dictadura, no del o de los estados, sino de la interconexión. Prefiero llamarla interconexión y no comunicación, pues la comunicación es un proceso demasiado complejo e inteligente al que no todos tienen acceso. Ninguna nación (principalmente las naciones ricas en recursos como las de Oriente Medio) puede pretender la impermeabilidad de su cultura, de su lenguaje, de sus ritos, de su política, y últimamente, de sus recursos. Ya es imposible.

En relación con Oriente Medio, resulta difícil ser optimista en escenarios donde los triunfos que se celebran los ha concedido la violencia. El optimismo sin razones es sólo estupidez. Pero el pesimismo, con o sin razones, es siempre estupidez. Entonces sólo nos queda esperar, desear que los acontecimientos resulten de la mejor manera para los pueblos afectados. Apelaré a un optimismo de otra y más cierta naturaleza: mi fe en una humanidad más lúcida y amorosa, en un hombre que trascienda la bestia a la que aún estamos encadenados.

Para terminar, y regresando al País Vasco… está jugando mejor el Athletic 😀 Y cuando no juega bien la suerte y el árbitro se ponen de su parte, como ayer, con esos dos penales. Aupa Athletic, excepto cuando juegues contra el Barça 😀

Celeste como el cielo

Uruguay, el Gran Campeón de América

Algunos creen que para un equipo de fútbol bastan uno o dos superdotados, encomendando el juego a ocasionales momentos de lucidez de tales genios solitarios. Otros, acaso los más extraviados, creen en el monoteísmo del fútbol, la inflexibilidad del juego, la dictadura del esquema único: que todos deben jugar como el Barcelona actual, o como el Brasil del 70, o como la Holanda del 74, o como el que se les antoje. El fútbol, como juego, admite infinidad de aproximaciones, y para disfrutar del fútbol hay que apreciar las aristas, los detalles de las jugadas, las intenciones, los descuidos. Es un deporte riquísimo, y los caminos para la victoria son muchos. El camino de Uruguay florece en orden táctico, en no dar una pelota por perdida, en marcaje fuerte, en proyección de los laterales, en presión de los atacantes (inmensos Forlán y Suárez en esta labor durante todo el torneo), y sobre todo, en la fe en el grupo. Creo que es el mayor éxito del maestro Tabárez: la formación y consolidación del grupo. Y además, lo renueva. Todavía me acuerdo del error de Coates con el Bolso en la Libertadores hace dos años: error de jovencito inexperimentado. Pero hoy mantuvo el nivel de toda la Copa: parecía un general de mil batallas. ¡Y mira que Uruguay no pudo contar con el aporte de grandes como Fucile, Cavani y Godín! Uruguay tiene un proyecto, fue fiel a ese proyecto, y está recolectando los frutos de la perseverancia.

Algunos se maravillan por “el regreso de Uruguay”. ¡Pero si Uruguay nunca se ha ido! La Copa América pasada, en Venezuela, pudieron haberla ganado: muy poco les faltó para llegar a la final. ¿Y el equipo uruguayo del pasado mundial sub-20? En venezolano, ese equipo sub-20 era un trabuco. Uruguay siempre está, es eterno. Sólo que a veces las cosas no se dan, pero siempre están. Y bajo la égida de Tabárez, los jugadores celestes de esta generación saben llevar el peso de una camiseta que es historia pura del fútbol. ¿A usted le gusta el fútbol? Entonces, sin duda, ama a Uruguay.

Esa garra charrúa que en mi mente representa como nadie Varela, el Negro Jefe, late en estos campeones de hoy. En mi país somos duros: el futuro lo dirá. Sí, maestro. Uruguay, el mejor.

Banzaaaaaaaaaaaaaai

¡Campeones!

¡La final del Mundial de Fútbol Femenino fue pura emoción! Homare Sawa es una jugadora de leyenda, y la verdad, ¡partidazo entre Japón y Estados Unidos! Nadie podrá negar que Estados Unidos llevó el peso ofensivo del juego (Abby Wambach y Megan Rapinoe son infatigables), que contó por decenas sus ataques, y sin embargo, sucumbió bajo el peso de sus errores en las áreas, errores que siempre se pagan muy caro. Estados Unidos es un equipo potentísimo, y ¡por dos veces estuvo tan cerca de la victoria! Pero la primera vez Japón logró el empate a falta de pocos minutos para el final, forzando la prórroga. Y luego, cuando también faltaban algunos minutos para terminar la prórroga, con Estados Unidos nuevamente arriba en el marcador, Japón volvió a empatar y forzó los penales. Y ya en los penales fue todo Ayumi Kaihori, todo Japón. Enhorabuena para las Nadeshiko: pura perseverancia, no renunciar nunca. Gran partido para ambas selecciones.

Aparte: El crecimiento del fútbol japonés asombra por su vértigo. Es un divertido ejercicio de imaginación preguntarse qué logros habría obtenido Japón si hubiese podido venir a la Copa América.

La Espera

Venezuela a semifinales de la Copa América (Argentina 2011)

Desde chiquito viendo a la selección… perder. Venezuela nunca apareció asociada a los resultados positivos en el fútbol. Prácticamente no existía aquí la cultura del fútbol, y era muy bajo el porcentaje de gente que seguía los juegos de la selección. Total, nuestra selección era la única de Suramérica con una garantía inflexible: la derrota. La victoria de esta noche, ese 2-1 contra Chile, nos coloca por primera vez en semifinales de una Copa América. Las cosas han cambiado mucho, para bien.

Que el rival de esta noche haya sido Chile me trae especiales recuerdos. No olvido un partido por las eliminatorias suramericanas para el mundial de Francia 98, por allá en el lejano 1996. Precisamente nos visitaba Chile, en Barinas. Mi evocación es clara. Era el Chile de Zamorano, Salas, Tapia… era la Venezuela de Stalin Rivas, Tortolero, Dudamel, Castellín. Relataba Lázaro Candal. Inesperadamente, comenzamos ganando con un gol de Diony Guerra. Y el marcador se mantuvo así, hasta el minuto 90. Ah, pero era la pobre Venezuela quien estaba ganando, y ¿qué era Venezuela? Eran los puntos que se llevaban automáticamente todas las otras selecciones suramericanas. Entonces el árbitro, presto a corregir entuertos, extendió el tiempo por varios minutos, tantos como hicieron falta para que el visitante empatara. Supongo que arbitrar una victoria venezolana en aquel tiempo significaba una deshonra.

Pero esta noche la historia es otra, y me permito celebrar con mis recuerdos, relajarlos. La meta es Brasil 2014. Felicitaciones a nuestra selección, honor al vencido, y gracias a ambos.

La soledad del 10

Esencialmente, el mejor del mundo. El mejor, en fútbol, un deporte esencialmente colectivo. En el Barcelona al mejor del mundo lo rodean jugadores superlativos, en constante movimiento, capaces de soltar un zapatazo en cualquier momento y listo, gol. Contra un equipo como el Barcelona las defensas tienden a fragmentarse, a perseguir sombras, a desconcentrarse, porque los objetivos de marca y atención son muchos. En un ambiente así, insertado dentro de este laboratorio futbolístico, el mejor del mundo puede jugar a eso, a ser el mejor.

¿Pero qué sucede cuando el mejor del mundo está atrapado dentro de un esquema estático que tiende a anularlo? Nada. Eso, se diluye en la nada. La defensa rival puede concentrarse mucho en él, porque los otros objetivos resultan relativamente estáticos. Para que el mejor del mundo asuma esas credenciales debe estar rodeado de jugadores que sepan jugar sin balón, prestos para el desmarque y la recepción, corredores infatigables. Si esa condición no se satisface, el mejor del mundo tratará de extralimitarse en funciones, extraviándose tácticamente, diluyéndose para gloria de los contrarios y bochorno de los propios.

Además, en el fútbol el aspecto psicológico adquiere fundamental importancia. Un jugador, el mejor o el peor, al sentir que sus esfuerzos resultan infructuosos, propenderá al desánimo o a la desconfianza en sí mismo, el peor de los tormentos.

Particularmente, confío en la increíble amistad entre el mejor del mundo y el balón. Ojalá que lo ayuden a jugar: el fútbol real, esencialmente, nace de lo colectivo, de la armonía entre los talentos.