Banzaaaaaaaaaaaaaai

¡Campeones!

¡La final del Mundial de Fútbol Femenino fue pura emoción! Homare Sawa es una jugadora de leyenda, y la verdad, ¡partidazo entre Japón y Estados Unidos! Nadie podrá negar que Estados Unidos llevó el peso ofensivo del juego (Abby Wambach y Megan Rapinoe son infatigables), que contó por decenas sus ataques, y sin embargo, sucumbió bajo el peso de sus errores en las áreas, errores que siempre se pagan muy caro. Estados Unidos es un equipo potentísimo, y ¡por dos veces estuvo tan cerca de la victoria! Pero la primera vez Japón logró el empate a falta de pocos minutos para el final, forzando la prórroga. Y luego, cuando también faltaban algunos minutos para terminar la prórroga, con Estados Unidos nuevamente arriba en el marcador, Japón volvió a empatar y forzó los penales. Y ya en los penales fue todo Ayumi Kaihori, todo Japón. Enhorabuena para las Nadeshiko: pura perseverancia, no renunciar nunca. Gran partido para ambas selecciones.

Aparte: El crecimiento del fútbol japonés asombra por su vértigo. Es un divertido ejercicio de imaginación preguntarse qué logros habría obtenido Japón si hubiese podido venir a la Copa América.