Talk dirty to me

I

Dice Miguel Hernández: El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende. Conocimiento que nos acompaña toda la vida, el hambre del cuerpo no puede ocultarse. El mundo tiene hambre. Se llenan los estómagos, pero no se alimenta el cuerpo. El hombre actual, prisionero de múltiples compromisos, comensal entre la prisa, lo temporal y las bocinas del tráfico allá afuera, depende de alimentación rápida, a la vuelta de la esquina, alta en calorías, baja en nutrientes efectivos. Lentamente, feliz entre cajas felices, rodeado de sonrisas, combos y promociones, va desnutriéndose. Come y No Come. Y sin embargo, peor para el hombre que, literalmente a secas, No Come. Hace 3 días la ONU declaró estado de hambruna en unas regiones al sur de Somalia. La peor crisis humanitaria del mundo, dicen. Que las familias se desplazan hacia la capital en procura de alimento y abandonan por el camino a los hijos con menos posibilidades de sobrevivir, dicen para que se cumpla lo que Darwin dijo. Que la situación se agravará en los próximos meses, dicen. Que la sequía es la culpable, dicen. Y ésa es la gran mentira. El culpable es un claroscuro bípedo que se hace llamar única forma de vida inteligente en el planeta Tierra, capaz de hermosas obras de luz, pero también capaz de las mayores abominaciones y estupideces: noticias como ésta lo ejemplifican.

II

De Somalia nos llegan, desde hace tiempo, noticias negativas. Cierta organización de inteligencia que gusta de aparecer en películas de serie B y en golpes de estado parece haber encontrado un fértil campo de acción en Somalia. Otra clase de piratas, los autóctonos, aterrorizan al mundo y particularmente al transporte marítimo internacional. Y desde hace años se ha advertido sobre las adversas condiciones de la agricultura africana, anticipando y explicando las hambrunas, sin que muchos se hayan preocupado por eso. ¿Por qué esta barbarie, esta desidia? Volvamos a Miguel Hernández:

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

¡Grande Miguel, infinito!

III

Me contó mi hermana que en la televisión entrevistaban a un niño deportista. Ante la pregunta “¿Cuál es tu comida favorita?”, el chiquilín respondió: “Bueno, a mí me gustan el fresco y las chucherías”[ref]En Venezuela, fresco = refresco, chucherías = golosinas.[/ref]. No lo vi, pero me causa gracia la respuesta del chiquilín. Espero que también pueda comer otras cosas, para que esté bien nutrido y disfrute su deporte favorito.

IV

Un hombre es todos los hombres, y sus acciones reproducen o prefiguran las de otros. La barbarie en África pudo haber nacido en mí, o en usted. El Gran Colisionador de Hadrones es un triunfo mío, suyo, de todos. El hambre de un pueblo africano es el hambre de cualquier pueblo latinoamericano. La solución inicia por comprender que todos somos reflejo y extensión de otros hombres y mujeres.

V

Hablando de soluciones: a la ONU le gusta equiparar solución con dinero. La ONU sabe como nadie que Poderoso caballero es Don Dinero. En el caso de la hambruna somalí, 300 millones de dólares para empezar. No defiendo al idealismo romántico ni comunista: el dinero es necesario, siempre es parte de la solución. El detalle está en comprender que el dinero es sólo un soplo de aire sobre la herida abierta: calma el ardor unos segundos, pero no cierra la herida. Se requiere mucho más que dinero.

VI

Más que dinero, se requiere integración, y creo que las tecnologías de la información tendrían un rol importantísimo en dicha integración. África está muy aislada, porque así lo anhelan y lo favorecen las potencias que aún hoy continúan saqueándola. Ingenuo quien cree que el colonialismo es una realidad proscrita.

VII

Un ejemplo. Usted y yo podemos estar en desacuerdo con Gaddafi. Habrá gente para quien sea un héroe y habrá gente que lo verá como un monstruo. Pero la pregunta principal es: ¿qué culpa tienen los civiles que mueren por los bombardeos de la OTAN? Otra vez, cuestión de definiciones: a la OTAN le gusta equiparar solución con violencia. Por cierto, un político francés se vanagloriaba recientemente de ver la bandera gala enarbolada en tierras libias. Repito: ingenuo quien cree que el colonialismo es una realidad proscrita.

VIII

Sobre un organismo internacional más cercano: los republicanos quieren recortar el aporte financiero de Estados Unidos a la OEA. La crisis económica está obligando a los Estados Unidos a recortar gastos, y algunos ven con beneplácito ahorrarse esos dólares que van a alimentar a un organismo que no favorece automáticamente todo lo que a Estados Unidos se le antoje. Dicen que la OEA favorece a Chávez y a los mini-Chávez, y éstos dicen que la OEA favorece “al Imperio”. Yo no sé a quién favorece la OEA, si es que favorece a alguien. Lo que se me viene a la mente es un símil cruel, acaso injusto: una puta cara que pagan entre varios y el que más pagó reclama el derecho a disfrutar más tiempo los favores de la contratada. El sabio supremo zanjaría este asunto diciendo: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

IX

El Wall Street Journal se pregunta: ¿Qué hace que un par de jeans cueste US$300? La respuesta es vergonzosamente obvia: el mercado. Ese mismo mercado que algunos idolatran sin saber bien de qué se trata, sin conocer las reglas del juego. Ese mismo mercado hará que los jeans a 300 dólares mantengan su condición de outliers. La clave está en el final del artículo: “Lubell calcula que sus jeans que cuestan US$300 podrían venderse a US$40 si fueran fabricados en China.”

X

Dice Miguel Hernández lo que quiero decir: El mundo es como aparece / ante mis cinco sentidos, / y ante los tuyos que son / las orillas de los míos.

Con las vacaciones escolares

Candace, ¿por qué gritar tanto? Jaja

El año pasado, por estas fechas, yo anhelaba nuevos episodios de Phineas y Ferb (serie que me encanta). Ayer 22 de Julio de 2011 emitieron un capítulo de estreno, con la promesa de nuevos episodios en los días venideros. Ah, con las vacaciones escolares Disney Channel nos complace.

Suerte Cruel

El hambre.
Las referencias colgantes.
La ilusión del tiempo y los aviones.
La ingratitud.
El fuego en la biblioteca.
Los padres sin hijos y los hijos sin padre.
La fantasmagoría de los ídolos.
El chocolate olvidado.
Los honorarios sin honor.
El amor de una rubia hermosa pero vacía.
La sabiduría sin ecos.
El egoísmo adolescente.
La vanidad de las imágenes.
El interés bancario.
La casa sin música.
El disparo que supera o no supera la barrera.
Ella cuando no es ella.
Las corporaciones religiosas.
La religión de las corporaciones.
Los penales en el fútbol.
Los penales.
Los benditos penales.

The Hobgoblin

Without a doubt, performance is a cornerstone of a great user experience. Like security, it is the most misunderstood and oft-used scapegoat of the software developer. It’s not uncommon to hear developers reject ideas with a flippant, “We can’t do that, it will negatively impact performance.” Rarely quantified and frequently cited, performance is the hobgoblin of software development. How do we quantify performance? Latency is a form of performance. Execution, the time an operation takes to perform, is another.

Andre Charland and Brian Leroux (Mobile Application Development: Web vs. Native, Communications of the ACM, May 2011)


Note: They are discussing about mobile applications. On such context, latency is related to the time required by an application to start executing (which involves download rates and code initialization). Execution, in turn, comprises interpretation of code. Any downside in execution, they argue, is paid off by the ease of writing and mantaining a high-level, interpreted code. And indeed, “we can’t do that, it will negatively impact performance”. Right now I’m floating on the delusion of smooth particle effects and video rendering.

Banzaaaaaaaaaaaaaai

¡Campeones!

¡La final del Mundial de Fútbol Femenino fue pura emoción! Homare Sawa es una jugadora de leyenda, y la verdad, ¡partidazo entre Japón y Estados Unidos! Nadie podrá negar que Estados Unidos llevó el peso ofensivo del juego (Abby Wambach y Megan Rapinoe son infatigables), que contó por decenas sus ataques, y sin embargo, sucumbió bajo el peso de sus errores en las áreas, errores que siempre se pagan muy caro. Estados Unidos es un equipo potentísimo, y ¡por dos veces estuvo tan cerca de la victoria! Pero la primera vez Japón logró el empate a falta de pocos minutos para el final, forzando la prórroga. Y luego, cuando también faltaban algunos minutos para terminar la prórroga, con Estados Unidos nuevamente arriba en el marcador, Japón volvió a empatar y forzó los penales. Y ya en los penales fue todo Ayumi Kaihori, todo Japón. Enhorabuena para las Nadeshiko: pura perseverancia, no renunciar nunca. Gran partido para ambas selecciones.

Aparte: El crecimiento del fútbol japonés asombra por su vértigo. Es un divertido ejercicio de imaginación preguntarse qué logros habría obtenido Japón si hubiese podido venir a la Copa América.

La Espera

Venezuela a semifinales de la Copa América (Argentina 2011)

Desde chiquito viendo a la selección… perder. Venezuela nunca apareció asociada a los resultados positivos en el fútbol. Prácticamente no existía aquí la cultura del fútbol, y era muy bajo el porcentaje de gente que seguía los juegos de la selección. Total, nuestra selección era la única de Suramérica con una garantía inflexible: la derrota. La victoria de esta noche, ese 2-1 contra Chile, nos coloca por primera vez en semifinales de una Copa América. Las cosas han cambiado mucho, para bien.

Que el rival de esta noche haya sido Chile me trae especiales recuerdos. No olvido un partido por las eliminatorias suramericanas para el mundial de Francia 98, por allá en el lejano 1996. Precisamente nos visitaba Chile, en Barinas. Mi evocación es clara. Era el Chile de Zamorano, Salas, Tapia… era la Venezuela de Stalin Rivas, Tortolero, Dudamel, Castellín. Relataba Lázaro Candal. Inesperadamente, comenzamos ganando con un gol de Diony Guerra. Y el marcador se mantuvo así, hasta el minuto 90. Ah, pero era la pobre Venezuela quien estaba ganando, y ¿qué era Venezuela? Eran los puntos que se llevaban automáticamente todas las otras selecciones suramericanas. Entonces el árbitro, presto a corregir entuertos, extendió el tiempo por varios minutos, tantos como hicieron falta para que el visitante empatara. Supongo que arbitrar una victoria venezolana en aquel tiempo significaba una deshonra.

Pero esta noche la historia es otra, y me permito celebrar con mis recuerdos, relajarlos. La meta es Brasil 2014. Felicitaciones a nuestra selección, honor al vencido, y gracias a ambos.

The Purpose of Writing

Calvin = Cool Modern Researcher

It’s not that exaggerated, indeed. A lot of scientific papers are just blatant mumbo-jumbo, written for the sake of uncommunication, for the sake of piling up academic publications. Worse yet, sometimes scientific writing promises everything and delivers nothing. I’ve just read an article entitled “Deus ex machina”, which promised a review of a current research linking metaphysics and computing, only to discover at the end of my reading that I had been framed: the article provides almost no new information and it fills the page talking about obvious things (remarks in the fashion of: “scientists are working on this interesting combination of fields”, “progress is expected”, “this research may answer important questions”, and pure zilch). That’s why scientific publications have to be handled with care, as you don’t want to waste your time reading void or undecipherable boasting.

La soledad del 10

Esencialmente, el mejor del mundo. El mejor, en fútbol, un deporte esencialmente colectivo. En el Barcelona al mejor del mundo lo rodean jugadores superlativos, en constante movimiento, capaces de soltar un zapatazo en cualquier momento y listo, gol. Contra un equipo como el Barcelona las defensas tienden a fragmentarse, a perseguir sombras, a desconcentrarse, porque los objetivos de marca y atención son muchos. En un ambiente así, insertado dentro de este laboratorio futbolístico, el mejor del mundo puede jugar a eso, a ser el mejor.

¿Pero qué sucede cuando el mejor del mundo está atrapado dentro de un esquema estático que tiende a anularlo? Nada. Eso, se diluye en la nada. La defensa rival puede concentrarse mucho en él, porque los otros objetivos resultan relativamente estáticos. Para que el mejor del mundo asuma esas credenciales debe estar rodeado de jugadores que sepan jugar sin balón, prestos para el desmarque y la recepción, corredores infatigables. Si esa condición no se satisface, el mejor del mundo tratará de extralimitarse en funciones, extraviándose tácticamente, diluyéndose para gloria de los contrarios y bochorno de los propios.

Además, en el fútbol el aspecto psicológico adquiere fundamental importancia. Un jugador, el mejor o el peor, al sentir que sus esfuerzos resultan infructuosos, propenderá al desánimo o a la desconfianza en sí mismo, el peor de los tormentos.

Particularmente, confío en la increíble amistad entre el mejor del mundo y el balón. Ojalá que lo ayuden a jugar: el fútbol real, esencialmente, nace de lo colectivo, de la armonía entre los talentos.