Groucho

Caricature of Groucho Marx (by Greg Williams).

 
My favorite Groucho’s quotes:

  • Those are my principles, and if you don’t like them… well, I have others.
  • I find television very educating. Every time somebody turns on the set, I go into the other room and read a book.
  • From the moment I picked your book up until I laid it down I was convulsed with laughter. Someday I intend reading it.
  • I intend to live forever, or die trying.

Y alegre, el jibarito va cantando así

Un lamento. El tiempo pasa, pero el jibarito aún sufre el lamento en la perla de los mares, tierramar del Edén inmenso que bien puede ser toda América: Borinquen. Va cantando alegre porque Rafael Hernández así lo ha querido. Y he querido yo recordar la interpretación de Caetano Veloso, singular, muy a mi gusto[ref]Caetano Veloso incluyó este tema en su disco Fina Estampa (1994), uno de mis discos favoritos.[/ref].

Lottery on June 27th

The morning of June 27th was clear and sunny, with the fresh warmth of a full-summer day; the flowers were blossoming profusely and the grass was richly green. The people of the village began to gather in the square, between the post office and the bank, around ten o’clock; in some towns there were so many people that the lottery took two days and had to be started on June 2th. but in this village, where there were only about three hundred people, the whole lottery took less than two hours, so it could begin at ten o’clock in the morning and still be through in time to allow the villagers to get home for noon dinner.

Así inicia uno de los mejores cuentos que he leído, el clásico de Shirley Jackson: The Lottery. Además del virtuosismo para invocar y transmitir el horror del azar, encuentro fascinante en este relato la insospechada y magistral revelación del barniz de cotidianidad, de rutina y acaso de felicidad que recubre una realidad abominable y fatal.

Preaching the blues

De los inagotables talentos de Hugh Laurie ha brotado también un gran disco de blues, Let them talk (2011), altamente recomendado. Grandes versiones de inmortales clásicos del blues (¡el piano en St James’ Infirmary es maravilloso!).

Ya en su anterior álbum, Tell ‘Em What Your Name Is! (2009), anunciaban estar listos para grandes desafíos (tengo un cariño especial por la pieza Humpin’ de ese disco). Ahora, su nuevo disco, Scandalous (2011) es música de la buena de principio a fin. De allí proviene Livin’ in the Jungle, y otros temazos como She’s so Scandalous y el genial cover del clásico de Ivory Joe Hunter, Since I met you baby. 5/5 para este disco.

Borges, Russell, Dos Libros

Y por eso prefiero la información en el estado más prístino posible, libre de ripios e inyecciones arteras, intencionadas. Quiero que el núcleo de la noticia sea el hecho, lo ocurrido, sin especulaciones de ningún tipo, sin injerencias de todos los “comunicadores” que se interponen entre el hecho y nosotros los receptores de la información. Esto, lo admito, es sólo un ideal. El observador es un componente esencial del hecho (remito al gato de Schrödinger): unos muchachos salen a la calle con los bolsillos llenos de piedras a protestar porque no tienen agua ni luz en el liceo o se agrupan en plazas de España o acuden semidesnudos a una tienda que acierta en extravangancia y ardid publicitario; si nadie observa y comunica estos hechos simplemente puede asumirse que jamás ocurrieron. El hecho, desprovisto del observador, es un gato en una caja: puede estar vivo, puede estar muerto. En esta acción de observación y comunicación irreversiblemente se entrometerán los prejuicios, experiencias y convicciones del observador-comunicador. Así, la información prístina es una utopía, pero en todo caso queda establecida mi predilección por lo que más anhele o intente parecerse a esta utopía.

Dicho esto, se justificará el recelo que guardo a las columnas de opinión en la prensa de todos los días. Y como muchos de los diarios a los que tengo fácil acceso están contaminados de opinión hasta en lo inopinable, resulta comprensible, creo, mi revisión somera y a veces inexistente de tal prensa. No me repugna que casi siempre estas opiniones se erigen en tribunas para el odio y el egoísmo, o ansían y se obsesionan con la solidaridad del lector, o tributan la estupidez, o nada aportan a la solución (como ejemplo de lo infructuoso de las opiniones fijarse, por ejemplo, en este párrafo), porque, al parecer, funciona así desde la primera vez: todos opinamos incluso si a nadie le importa nuestra opinión. No obstante, lo que me resulta casi aborrecible es el gran titular que supuestamente ofrece información en el estado más puro posible, y sin embargo sólo me informa sobre las tendencias particulares del directorio editorial: puro veneno. Con los años, y a fuerza de ponerse el gorro CIP (Crédulo, Ingenuo y Pendejo) para luego desencantarse, uno aprende a, más o menos, defenderse contra estas intrusiones, estos artificios de la des-comunicación. Así como ellos filtran, el lector también debe aprender a filtrar, a entender que por lo general la premisa más importante es la que no se menciona. La sabiduría Borgiana advierte sobre este asunto en “Dos Libros” (Otras Inquisiciones, 1952). Luego de comentar el apasionamiento político de un libro de Wells, Borges aprovecha unos ensayos de Bertrand Russell:

Let the People Think es el título de una selección de los ensayos de Bertrand Russell. Wells, en la obra cuyo comentario he esbozado, nos insta a repensar la historia del mundo sin preferencia de carácter geográfico, económico o étnico; Russell también dispensa consejos de universalidad. En el tercer artículo – “Free thought and oficial propaganda”- propone que las escuelas primarias enseñen el arte de leer con incredulidad los periódicos. Entiendo que esa disciplina socrática no sería inútil. De las personas que conozco, muy pocas la deletrean siquiera. Se dejan embaucar por artificios tipográficos o sintácticos; piensan que un hecho ha acontecido porque está impreso en grandes letras negras; confunden la verdad con el cuerpo doce; no quieren entender que la afirmación: “Todas las tentativas del agresor para avanzar más allá de B han fracasado de manera sangrienta” es un mero eufemismo para admitir la pérdida de B. Peor aún: ejercen una especie de magia, piensan que formular un temor es colaborar con el enemigo… Russell propone que el Estado trate de inmunizar a los hombres contra esas agüerías, y esos sofismas. Por ejemplo sugiere que los alumnos estudien las últimas derrotas de Napoleón, a través de los boletines del Moniteur, ostensiblemente triunfales. Planea deberes como éste: una vez estudiada en textos ingleses la historia de la guerra con Francia, reescribir esa historia desde el punto de vista francés. Nuestros “nacionalistas” ya ejercen ese método paradójico: enseñan la historia argentina desde un punto de vista español, cuando no quichua o querandí.

El sucesor de ese párrafo tampoco elude el brillo, la elocuencia o la erudición:

De los otros artículos, no es el menos certero el que se titula “Genealogía del fascismo”. El autor empieza por observar que los hechos políticos proceden de especulaciones muy anteriores y que suele mediar mucho tiempo entre la divulgación de una doctrina y su aplicación. Así es: la “actualidad candente”, que nos exaspera o exalta y que con alguna frecuencia nos aniquila, no es otra cosa que una reverberación imperfecta de viejas discusiones. Hitler, horrendo en públicos ejércitos y en secretos espías, es un pleonasmo de Carlyle (1795-1881) y aún de J. G. Fichte (1762-1814); Lenin, una transcripción de Karl Marx. De ahí que el verdadero intelectual rehuya los debates contemporáneos: la realidad es siempre anacrónica.

Los que protestan, los que fueron a la tienda, yo mismo escribiendo esto, usted leyéndome… realidades que empezaron a forjarse tiempo atrás. No puede ser de otra forma: así marcha el mundo porque una inteligencia divina lo entreteje todo o porque acaso Babilonia no es otra cosa que un infinito juego de azares.